Psicólogo respecto a la pasta base: “Los tratamientos funcionan, pero la prevención es mucho más efectiva”
Profesional explicó el complejo proceso de rehabilitación que deben enfrentar los adictos a la “droga maldita”.
El psicólogo Milton Galdames ha desarrollado una vasta labor profesional en toda la zona.
EL OBSERVADOR
Viernes 18 de mayo de 2018
El consumo de pasta base de cocaína es uno de grandes problemas de salud mental que enfrenta el país. Y en la comuna la situación es tan seria que algunos padres han hecho “huelga de hambre” para sensibilizar respecto del problema. Sin embargo, en la ciudad no hay un siquiatra en el sistema público para atender a los adictos, mayormente de bajos recursos, ni algún centro de rehabilitación, pues el que hubo – “La Roca”- ya no existe.
Para el psicólogo Milton Galdames Toledo, la adicción y la rehabilitación del consumo de drogas abarca todo el aspecto social y, especialmente, el familiar. “Los tratamientos para las adicciones se pueden iniciar si hay motivación de la familia, aun cuando la persona afectada no esté ciento por ciento motivada. De hecho, pueden pasar años para que un adicto a la pasta base de cocaína busque ayuda por sí mismo”.
El profesional agrega que “existe fases del cambio y muchas veces quienes están atrapados en esta droga permanecen por años en la primera fase, que es de precontemplación, en la que no reconocen que tienen una adicción. La única manera de que busque ayuda profesional es que sea conminado por otros. Acá el apoyo es fundamental, ya que por sí mismos no adhieren al tratamiento”.
“La segunda es una fase de contemplación, donde la persona reconoce tener un problema, se muestra más receptivo a las posibilidades soluciones, aunque vacila en cuanto a iniciar el cambio, dudando de sus beneficios”. Luego viene la fase de preparación, que “es la etapa donde la persona está lista para dar sus primeros pasos hacia la abstinencia, se aleja de algunas amistades o realiza tareas para evitar el consumo”.
Posteriormente, viene una fase de acción, cuando los cambios pro rehabilitación son más evidentes. “Por ejemplo, cambia sus amistades, varía sus horarios, adquiere hábitos saludables, pero aún existen recaídas. De esta fase se deriva a una etapa de mantenimiento, cuyo propósito es sostener los cambios logrados a través de la modificación en el estilo de vida y la prevención de recaídas”.
La finalización del proceso, que puede durar meses, es cuando la persona ha superado el problema. “Sin embargo, para algunos profesionales esta fase no existe y por lo tanto el joven siempre tiene que tomar los resguardos para no recaer”, asegura Galdames.
Por lo que señala el profesional, “el problema puede parecer crónico, pero tiene solución. Se ha demostrado que los tratamientos funcionan, pero como en casi todo ámbito de cosas, la prevención es mucho más efectiva”.
Esta prevención debe partir desde la infancia. “El niño necesita orientación y limites (…) hacerlo esperar y decirle que no es un regalo para su cerebro. Es la única manera de que en el futuro sean capaces de limitarse”.
En cuanto al tema de “las juntas”, el sicólogo asegura que “se dice que somos el promedio de las cinco personas con las más nos juntamos. Si el joven se junta con niños responsables con los estudios lo más seguro es que termine obteniendo buenas notas en el colegio y tenga pocos problemas, lo que puede resultar al revés si el grupo es negativo”.
Finalmente Galdames señala que “la instancia a la que corresponde acudir en estos casos es el Senda Región de Valparaíso. Allí los familiares y amigos de la persona afectada pueden obtener un mejor panorama de las opciones de programas de tratamiento disponibles en el sistema público”.