Terapia online para gestionar la ira
Comprende tu ira dirigida hacia los demás como la dirigida hacia ti. La ira sin gestión conlleva a reaccionar en el exterior en agresión y en el interior en castigo. La agresividad es un desafío común en muchas áreas de nuestras vidas, desde los entornos educativos, el trabajo, hasta las relaciones personales. Gestionar la ira es crucial para mantener un ambiente saludable y productivo.
Transforma la ira destructiva en un recurso útil
Convierte la ira destructiva en un recurso que fluya brindándote su energía. Ofrezco varios servicios para promover la gestión de la ira y así mejorar tu bienestar:
Atención Online
Terapia personalizada desde la comodidad y seguridad del hogar. Con terapia breve estratégica.
Talleres para colegios
Programas de capacitación e inducción para gestionar la ira en la comunidad escolar.
Talleres a Empresas
Capacitación para manejar la agresividad en el entorno laboral.
Asesoría
Sesiones individuales adaptadas a tus necesidades.
Formación Profesional
Programas de formación para profesionales de la salud mental en planes de intervención en terapia breve para la violencia intrafamiliar (VIF).
Consecuencias de no gestionar la rabia
El tener problemas generados por la ira propia o la de terceras personas de nuestro entorno, el laboral o educativos, puede alterar significativamente el bienestar y productividad.
Consecuencias psicológicas de no gestionar la ira
Las consecuencias psicológicas de la conducta agresiva se pueden clasificar en tres dimensiones: los pensamientos (efectos cognitivos), las sensaciones y las conductas.
Efectos cognitivos
Pensamientos distorsionadamente negativos, creencia de estar en peligro o valoración del contexto como terrible, cuándo no lo es. Ideas de castigo a uno mismo, confusión en el pensamiento, no gustarse a si mismo y disgustar a los demás. La ira mal manejada puede conducir a resentimientos, trastornos de ansiedad, estados de desánimo o depresión.
Sensaciones
La ira generalmente viene acompañada de otras emociones, como la tristeza o el miedo. Muchas veces preocupación, culpa, vergüenza y sentimientos de soledad. A nivel físico tención muscular, aceleración cardiaca y cambios en el ritmo de la respiración. La ira reprimida y el resentimiento pueden contribuir al desarrollo de trastornos de ansiedad, depresión y trastornos físicos.
Efectos conductuales
Movimientos bruscos, alzamiento de la voz, comentarios desproporcionados, actos para dañar en forma defensiva, aislamiento social. Conductas motivadas por el resentimiento, la ansiedad, la depresión e incluso problemas de salud física.
Consecuencias a la salud física
Un estado crónico de irritabilidad influye negativamente sobre el estado de salud en general, asociado a trastornos cardiovasculares, úlceras, cáncer y enfermedades con dolor crónico.
Consecuencias sociales
Conduce a hechos de violencia física, como agresión y homicidios. También situaciones de violencia verbal, como amenazas, insultos y acoso. Percepción de inseguridad y miedo en la población. La ira no gestionada puede tener un impacto devastador en la sociedad.
Se generan conflictos estables entre las personas, problemas de comunicación, menor participación, percepción de inseguridad, miedo en la población.
Debido a la naturaleza contagiosa de la ira, se termina generando un ambiente hostil y conflictivo. Surgen los problemas de comunicación que conducen al aislamiento social, erosionando la confianza social, como consecuencia las personas se observan amenazadas o intimidadas por la ira de otros, dificultando que se establezcan relaciones basadas en la confianza, en desmedro de la asociatividad civil y la sinergia necesaria para el desarrollo de una comunidad fuerte.
En la economía, la violencia y el conflicto entre las personas pueden dañar la propiedad privada, interrumpir negocios y disuadir las inversiones. Esto puede conducir a la pérdida de empleos en desmedro del crecimiento económico.
Efectos de la rabia no gestionada en entornos educativos
Numerosas investigaciones dan cuenta de un incremento en la violencia en los establecimientos educacionales, por pandemia. En la actualidad los profesores se ven sobrepasados por las conductas dadas por los mecanismos disfuncionales por los cuales los alumnos y apoderados tienen a reaccionar frente a la ira.
Los efectos de la ira no gestionada en entornos educativos pueden tener consecuencias graves y muy perjudiciales para todos los integrantes de la comunidad escolar.
Efectos en los estudiantes
Bajo rendimiento académico, por la falta de concentración y retención de conocimientos. Comportamientos disruptivos como gritar, insultar, o incluso violencia física.
Comportamientos que terminan generando ambientes de aprendizaje hostil y peligrosos para todos los estudiantes. Aislamiento social y dificultades para formar relaciones entre estudiantes, impidiendo el normal desarrollo de relaciones positivas entre ellos y los profesores.
Efectos en los profesores
Malestar en el profesorado, los maestros tienen que lidiar con la ira de los estudiantes y sus apoderados. Desarrollando altos niveles de estrés constante, frustración y agotamiento emocional. Pudiendo afectar su capacidad para enseñar de manera efectiva y crear un ambiente de aprendizaje positivo.
Las dificultades para mantener el orden en el aula, derivan en un ambiente de aprendizaje caótico. Y en ocasiones la amenaza real de daño a la integridad personal. La ira de los estudiantes y apoderados puede manifestarse en conductas violentas que amenazan la seguridad de los profesores y los estudiantes.
La violencia escolar daña la reputación de las escuelas. La ira no gestionada puede dañar la reputación de los establecimientos educacionales y generar aversión el los padres que terminen dudando en enviar a sus hijos allí. Esto podría afectar su financiación por la dificultad de atraer y retener estudiantes y maestros de calidad.
El mal manejo de la ira puede crear un ambiente tenso en la escuela afectando a todos los miembros de la comunidad escolar. Lo que puede derivar en una disminución de la moral, la motivación y el sentido de comunidad. Es importante que las escuelas tomen medidas para prevenir y promover la gestión de la rabia.
Efectos en el entorno empresarial
La ira no gestionada puede tener un gran impacto, tanto para los empleados como para la empresa. Los empleados pueden presentar baja productividad. Los problemas generados por el mal manejo de la rabia puede afectar la capacidad de los empleados para concentrarse, completar tareas y tomar decisiones efectivas.
Incremento en el ausentismo labora.
Los problemas de comunicación derivados del mal manejo de la ira, pueden dificultar la comunicación y colaboración entre los trabajadores. Los ambientes de trabajo hostil y disfuncional pueden afectar negativamente la moral y la motivación de los empleados. En el peor de los casos, la ira no gestionada puede llevar a conflictos e incluso violencia en el lugar de trabajo. Creando un ambiente de trabajo inseguro y peligroso para todos los empleados.
Contactar con el psicólogo para gestionar la ira
Aprender a manejar la ira con la ayuda de un psicólogo.
Milton Galdames Toledo, Psicólogo
20 años ejerciendo la psicoterapia. Master en Terapia Breve Estratégica, modelo Giorgio Nardone, en el Centro di Terapia Breve Strategica de Arezzo, Italia, Sede Didáctica en Chile. Postítulo en Hipnosis Ericksoniana del Instituto Milton Erickson de Santiago.